Collage íntimo

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Trocitos...

viernes, 15 de julio de 2011

Lo que leemos

Hace unos días compré un libro a través de internet y, como soy así de gili, me subscribí voluntariamente a la página de La casa del Libro. Hoy me ha llegado al correo una de esas típicas "newsletter" que invitan a los bibliómanos comprarlo todo. Y de todo eso va esta entrada....

La verdad es que siempre me han apasionado los libros mucho más de lo que demuestro con mi coeficiente particular de lecturas anuales, por llamarlo de alguna forma.
Me encanta comprar libros y me encantaría leerlos todos, aunque me resulta suficiente, por el momento, saber que están ahí, en mi enorme y robusta librería blanca (no-de-ikea), a la espera de que tenga tiempo, ganas o las dos cosas. ¡Menos mal que, en eso, Elo es un poco como yo! Aunque no tan "como yo" como yo, claro. Lo mío no tiene límites...

Pero, a lo que iba. Ejem. En dicha "newsletter" encontré varias cosas interesantes.



Entre ellas, un artículo sobre un escritor estadounidense llamado Philip Roth, al que presentan como un autor fundamental. Man Booker Prize 2011 (es un premio, claro), es descrito como "uno de los autores americanos vivos de mayor talento y reputación", lo cual, por muchas ganas que tenga una editorial de vender libros no se puede decir ni muy a la ligera ni de cualquier mindundi. Sinceramente, no había escuchado ese nombre en toda mi vida, pero parece avalarle una larga trayectoria con éxitos como Goodbye, Columbus, (colección de cuentos de 1959), El mal de Portnoy (novela de 1969), y su "trilogía americana" (publicada en los años 1990) compuesta por las novelas Pastoral americana (1997), ganadora del Pulitzer, Me casé con un comunista (1998), y La mancha humana (2000).
En fin, a mí me ha entrado ganas de leerle algo.

Otra cosa interesante es la siempre ilustrativo ranking de libros más vendidos; en este caso, lista subdividida en dos: libros de ficción y libros de no-ficción.

La lista de libros de ficción más vendidos es la siguiente:
1 JUEGO DE TRONOS (CANCION HIELO FUEGO I) de GEORGE R.R. MARTIN.
2 CHOQUE DE REYES (CANCION DE HIELO FUEGO II) de GEORGE R.R. MARTIN.
3 SI TU ME DICES VEN LO DEJO TODO PERO DIME VEN de ALBERT ESPINOSA.
4 TORMENTA DE ESPADAS (CANCION DE HIELO Y FUEGO III) de GEORGE R.R. MARTIN.
5 NO ABRAS LOS OJOS (EBOOK) de JOHN VERDON.
6 A DANCE WITH DRAGONS (CANCIÓN DE HIELO Y FUEGO V) de GEORGE R.R. MARTIN.
7 EL TIEMPO ENTRE COSTURAS de MARIA DUEÑAS.
8 FESTIN DE CUERVOS (CANCION DE HIELO Y FUEGO IV) de GEORGE R.R. MARTIN.
9 ESPAÑISTAN: ESTE PAIS SE VA A LA MIERDA de ALEIX SALO.
10 EN EL PAIS DE LA NUBE BLANCA de SARAH LARK.

Y aquí va la lista de libros no-ficción más vendidos:
1 EL METODO DUKAN ILUSTRADO: COMO ADELGAZAR RAPIDAMENTE Y PARA SIEMPRE de PIERRE DUKAN.
2 INDIGNAOS de STEPHANE HESSEL y JOSE LUIS SAMPEDRO.
3 LAS RECETAS DE DUKAN de PIERRE DUKAN.
4 NO CONSIGO ADELGAZAR de PIERRE DUKAN.
5 ¡COMPROMETEOS! de STEPHANE HESSEL.
6 SABER COCINAR: RECETAS Y TRUCOS DE LA MAÑANA DE LA 1 de
SERGIO FERNANDEZ y MARILO MONTERO.
7 REACCIONA de VARIOS AUTORES (J.L. SAMPEDRO, MAYOR ZARAGOZA, B. GARZÓN...).
8 NOSOTROS, LOS INDIGNADOS: LAS VOCES COMPROMETIDAS DEL 15-M de VARIOS AUTORES.
9 EL SECRETO de RHONDA BYRNE.
10 EL METODO GABRIEL de JON GABRIEL.

Supongo que, al elaborar estas listas, sin quierer, se realiza una especie de involuntario estudio sociológico que refleja, aunque con una muestra inevitablemente sesgada (no es una muestra heterogénea, pues los que compran libros, evidentemente se los leen -o los regalan a personas que leen- y ello presupone un cierto nivel cultural), qué andamos buscando entre las palabras de esos libros.



Entre los diez libros más vendidos de ficción, aparecen cinco del mismo autor, George R. R. Martin. Este señor escribe apasionantes y adictivas novelas de gran calidad dentro del género medieval-fantástico (donde encontraríamos también a J. R. R. Tolkien y su archiconocido "El señor de los anillos"). Parece que al gran público le va "lo fantástico" para evadirse de la intragable realidad que nos rodea.
El resto es un batiburrillo de libros de aceptable calidad entre los que se cuela un ebook policiaco, un cómic que mezcla la realidad social de España con el humor, una sensible novela del escritor catalán Albert Espinosa y un par de buenas novelas escritas por (una española y una alemana) y para mujeres, al menos a la vista de sus títulos y portadas.

En la lista de libros más vendidos de no-ficción, se llevan la palma los libros de dietas y autoayuda. El omnipresente Dukan acumula tres libros en los puestos más altos y eclipsan al sensato y poco conocido Método Gabriel y a Rhonda Byrne y su (según dicen) revelador "El secreto".



No hay duda de que nos sobran kilos y de que eso nos preocupa. Cerrar el pico y hacer deporte nos cuesta la misma vida si no disponemos de una motivación extra: en este caso la fe ciega en el Sr. Dukan y su controvertida dieta hiperprotéica.
El otro tema predominante es el de la exitosa llamada a la indignación de Stéphane Hessel (¡en un libro de sólo 30 páginas!). El autor con 93 años es uno de los 12 redactores de la declaración Universal de los Derechos Humanos, ex combatiente de la resistencia francesa y diplomático. Ciudadano judío nacido en Alemania, ha vivido incluso el horror de un campo de concentración, publica este alegato de movilización destinado a la juventud, instándoles a abandonar la indiferencia en estos tiempos de adversidad.
Luego, sus múltiples derivados: "¡Comprometeos!", "Nosotros los indignados...", "¡Reacciona!" al rebufo de la intención y el éxito de su precursor.

En fin, muchísima fantasía y demasiada realidad social.
Y las dietas milagrosas... pues, ahí, donde siempre, a medio camino entre la fantasía y la cruda realidad. Lo que no sé es si estos libros de dietas cuentan a la hora de maquillar las paupérrimas estadísticas sobre hábitos de lectura de los "teledevoradores" habitantes de Españistán...

Felices vacaciones para quien las tenga.

lunes, 4 de julio de 2011

La vida y la muerte

Jueves 30 de junio. De guardia otra vez.
23:31h: Me llama la coordinadora de enfermería para decirme que viene para el hospital la abuela de una compañera. Está muy mal, sin más datos.
23:54h: Empiezan a llegar algunos familiares. Hablo con Carmen (nombre ficticio, claro) la hija de la abuelita (madre de nuestra compañera). La conozco de otra vez que vinieron con la abuela a urgencias por una caída. Ay, Salva, qué alegría que estés tú. Le doy dos besos. Comienzo con la anamnesis antes de tener delante a la paciente. 92 años, Enfermedad de Alzheimer desde hace 2. Deterioro agudizado los últimos meses. En estado vegetativo desde hace un mes y medio. Hoy se ha puesto fatal.
00:08h: Llega la ambulancia y entra una camilla a la velocidad del rayo. Sobre ella jadea inconsciente y semiincorporada la anciana. Tiene mala pinta. Me acerco inmediatamente a la cama de observación a la que la han pasado y aprecio una piel pálida y sudorosa, algo violácea. Su respiración es rápida y los estertores se escuchan desde la distancia.
00:15h: Le digo a la enfermera que la monitorice mientras la exploro. Vía periférica, sueroterapia de mantenimiento, aspirar secreciones. La auscultación es tan mala como esperaba, el corazón late débilmente, desatura al 86% incluso con administración de oxígeno. ¿Saco sangre analíticas cuando coja la vía?, me pregunta la enfermera con las comprensibles dudas. Sí, los tres tubos. Bueno, no, ¿para qué? Sí, sí, sácala. Total, ya que la estamos pinchando...
00:22h: Sube la intensivista y cuando la ve me mira con esa expresión en la cara que lo dice todo. Yo le devuelvo la mirada y asiento sin hablar. Échale un ojo que voy a hablar con la familia.
00:25h: Salgo a la sala de espera y encuentro a Carmen con su otra hija. Ha estado llorando. Me interroga con esa mirada que también lo dice todo, buscando algo de información en mis ojos. ¿Cómo está la abuela? Mi rostro no quiere darle buenas noticias. ¿Desde cuándo está así?, pregunto. Unas horas. La miro a los ojos. Está muy mal, Carmen. Es un primer paso antes de decirle que se está muriendo. Carmen rompe a llorar y niega con la cabeza, como si no lo creyera. Pongo mi mano en su brazo. Ven a la consulta.
00:30h: Cierro tras de mí la puerta para tener intimidad y nos sentamos en la consulta de urgencias. Segundo paso. Carmen, la abuela se está muriendo. ¿Tan pronto? Llora sobre el hombro de su hija. Ahora podemos bajarla a la UCI, que empiecen a ponerle vías, tubos y medicamentos. Estará sola y no creo que sirva para gran cosa. O subirla a planta con vosotros y asegurarnos de que no sufre. Carmen mira a su hija que, a su vez, la mira a ella. Hablan en voz baja, se susurran, se cogen de las manos. Mamá, hay que asumirlo y dejar que esté tranquila. Carmen suspira, me mira y me dice que se suben a la planta.
00:41h: Curso el ingreso y me acerco a la observación a ver cómo está la abuela. Le han aspirado las secreciones y le han puesto 2 miligramos de morfina según indiqué; respira menos ruidosamente, con algo más de paz. Llega la nieta que es nuestra compañera. Viene muy guapa porque había salido con unos amigos. Dos de ellos la acompañan. Más llanto. A esta abuela la quieren mucho, eso se nota inmediatamente. Acaricio su frente tibia y húmeda. Tomo su pulso y la ausculto de nuevo. La tensión y la saturación descienden ligeramente. El rostro aparece ligeramente más sereno.
00:49h: Terminan de prepararla para el traslado a planta. Me vuelvo a la consulta para cursar el ingreso de la paciente y pautarle el tratamiento. Veo un par de pacientes más.
01:50h: Me llama la enfermera de la planta para decirme que la abuela ha fallecido. Subo con la enfermera de urgencias y el celador, que también quieren dar su pésame a la familia y un beso a nuestra compañera. Al entrar en la habitación Carmen se nos abraza llorando. ¡Qué poco te has equivocado!, me dice. Yo le dejo que me abrace y la abrazo. Lo siento en el alma, Carmen. ¡Qué buenos habéis sido!, llora mientras se abraza con la enfermera de urgencias que llora también porque se le ha removido el recuerdo de sus pérdidas. Besamos al resto de la familia, incluída la cuidadora sudamericana que llora desconsolada.
01:55h: Paso a la estancia contigua donde yace inmóvil la abuela en la cama. Su piel está aún algo sonrosada, aunque con un tono ligeramente más céreo y agrisado. Tiene la boca entreabierta. Confirmo la muerte tras auscultarla, comprobar la inmovilidad de sus pupilas y ver la línea plana que dibuja el electrocardiógrafo en el papel contínuo.
02:03h: Vuelvo a la otra habitación donde esperan los familiares para comunicar lo que ya saben. Carmen está algo nerviosa. Les ofrezco un ansiolítico y mi particular punto de vista de las cosas que, aunque lleno de razón, no consuela: pensad en los 90 años que la abuela ha vivido con mucha calidad. Es que se ha ido muy rápido. Mejor así, Carmen, mejor así.
02:09h: Sugiero a las enfermeras y auxiliares que, antes de preparar y amortajar a la anciana, dejen pasar a la familia para que se despidan un rato de ella. Se alternan los llantos con los besos entre familiares y al relajado cuerpo de la anciana. Salimos de la habitación.
02:15h: Actualizo la evolución de la paciente en su historia: exitus.
04:43h: Relleno el certificado de defunción mientras el empleado de la funeraria explica los pormenores y costes de todo el procedimiento. A través de su DNI conozco dónde nació y reconozco su rostro sonriente en una foto con unos diez años menos. Anoto en el dorso de mi mano izquierda el número de certificado para incluírlo en la historia. Doy el pésame a un hijo que no conocía y salgo de la sala.
Se llamaba Margarita (nombre ficticio, claro).

Viernes, 1 de julio. La mañana siguiente en casa.
08:30h: leyendo mi correo, me entero de la noticia de que un antigua compañera y amiga muy querida está embarazada. Nos escribe a varios amigos un alegre email en el que nos da la buena nueva.
Miro el dorso de mi mano izquierda y ahí sigue, escrito a boli, el número del certificado de defunción que firmé de madrugada en el oscuro y silencioso hospital.
Miro la pantalla del ordenador y allí veo comenzar una nueva vida.
Se cierra el círculo y todo adquiere algo más de sentido.
Me doy una ducha y preparo unos colacaos para los niños.
La vida sigue.